lunes, 26 de abril de 2010

Contame un poco tu historia -me pidió suplicante-

-Te hablaré un poco de mi- le dije-llevamos mucho tiempo saliendo y hay cosas que obviamente desconocés.
Sonrió maliciosamente creyendo haber ganado la batalla y acomodándose en su silla, esperando una historia larga.
-Te lo contaré conforme me acuerde...Tengo 30 años y estoy viviendo en mi casa número 27, hubo un año que ni desempacamos: vivimos en 5 casas.-su cara era de susto e incredulidad-
Siempre quise ser mamá, desde niña, recuerdo ese deseo de tener hijos cuando tuve 3 o 4 años, mi mamá aun piensa que soy su Susanita de Mafalda porque le pregunté donde vendian Resistol para poder comprarle a mis hijos cuando necesitaran.-Sonreía dejando ver sus dientes blancos y perfectos-
Mi mamá tuvo peligro de aborto conmigo. Ella pasó en cama mucho tiempo para lograrme. -Sus gestos cambiaban conforme yo iba hablando, entre serio y preocupado-
A los cinco años le anuncié a mi mamá que al día siguiente no pensaba ir al kinder, porque la maestra me maltrató, ya sabía leer, pero ese día le leí en voz alta para que viera que no era necesario que yo fuera, le prometí estudiar en la casa... me hizo caso. Ese año viví el terremoto más fuerte en el que he estado: 8.1 grados, inolvidable.-estaba atento, se notaba que tenía preguntas pero se había propuesto hacerlas hasta el final, aunque evidentemente le estaba costando-
A los 6 me enamoré, de un tal Raúl, un mexicano precioso que era un mar de miel y en el mismo año viví lo que es ser un país sede de mundial de futbol.- Puso cara de hincha Argentino, solemne y de alto respeto-
A los 10 años viví el segundo terremoto de mi vida, 7.0 grados y a los 11 el tercero 7.7 grados.
-¡No puede ser!- dijo casi gritando.
A los 12 di mi primer beso, terrible . -Soltó la carcajada.-
A los 13 cambié de país, de una casa grande pasamos 5 personas a una sola habitación, pero creo que mis amigos lo veían peor de como yo lo sentía, no fue tan malo ahora que lo pienso bien...solo fué complicado.- él negaba con la cabeza-
A los 15 tuve una obsesion, con un amigo, él era 4 años mayor, sabía de mi devoción, e hizo cosas para mantenerla intacta, a pesar de que tenía novia. Murió ese año, apenas 19 de edad.- bajó su mirada-.
A los 16 tuve mi primer gran amor, todavía me faltaba madurar mi visión de lo que amor significa, así que lo espanté con mi seriedad en la relación. Empecé a trabajar a los 17 y estuve en una banda de rock. A los 18 me enamoré, perdidamente. Me casé a los 21. En éste caso el significado del amor lo descubrimos juntos y lo maduramos en el camino. Embarazo a los 24. Nacimiento a los 25, míos obviamente.-aclaré cuando vi venir la broma-
A los 25 enviudé y compré pistola
-¿Queeeee?- dijo exaltado.
Estaba dispuesta a usarla- dije riéndome de mi misma-...a los 26 la vendí. A los 27 me deprimí, llegué al fondo y no pensé que fuera a salir...a los 28 salí y empecé a buscar a qué dedicarme profesionalmente hablando y personalmente hablando...a los 29 recuperé el autoestima que había perdido no se ni cómo...y aquí estoy ahora con 30. Fuerte, Feliz y Esperanzada.
-Sos todo un caso...nada de lo que me contás lo imaginaba.
-Soy todo un caso- coincidí.

martes, 20 de abril de 2010

La Nueva Era

Mi vida ha sido trazada en eras. No entiendo bien el por qué...y la verdad pienso que tampoco me interesa saberlo...lo que si sé, es que mi vida ha sido dividida en eras. Lo curioso de ésto es que puedo reconocér el detonante que hace que cambien estos períodos de tiempo a los que llamo eras. Siempre he tenido una señal, algo que sucede de una manera hasta sobrenatural podría decir, que hace, aunque duela, que entienda que es hora de seguir a la siguiente etapa de mi existencia. El día de ayer tuve una de estas señales. Para explicar ésto debo ir un poco hacia atrás:

LA ERA DEL DOLOR
Suena a drama total, pero es el único nombre que le queda bien. La época más dolorosa de mi vida vino con una señal muy rara. La pérdida de un anillo y un nudo en el corazón. Tuve que pasar por varias cosas y varios años después para que yo comprendiera éstas "señales"
El nudo en el corazon:
Había viajado a Costa Rica para que mis papás conocieran a Fryda. Ese día quedé de reunirme con una amiga muy querida que tenía cualquier cantidad de años de no ver. El día empezó aparentemente normal, pero cuando llegué a casa de mi amiga, sentí ese nudo en el corazón y odié estar en su casa, entendí que ese no era el lugar para estar y sentí un desasosiego que nunca mas he vuelto a sentir. Mi mamá me reclamó por mis "malas maneras" para con mi amiga, pero yo sentía ese nudo en mi garganta y en mi pecho y no podía pensar más. Tenía miedo y no pude tranquilizarme. Tengo una foto de ese momento, porque mi amiga estaba muy feliz de verme entonces hasta foto hubo, y es evidente en la copia que tengo de esa foto, mi cara desencajada, ida y créanme cuando les digo que no entendía que me pasaba. Es la única foto que tengo de ese día. Regresamos a casa como a las 9 de la noche y me sentía horrible. Llamé a Ricardo para contarle que no queria estar más en Costa Rica pero él no me contestaba. Le dejé mil mensajes, lo acosé sabiendo que él odiaba eso...pero el nunca más contestó mis llamadas. Sé que murió por ahi de las 9 o 10 de la noche.
Lo que se vino después fue mi era de dolor.
La pérdida del anillo:
Quince días antes de que él muriera, frente a él, en el carro, de la manera más ridícula y sin sentido perdí mi anillo de compromiso. Fue dentro del carro y me lamenté delante de él casi llorando. Simplemente se me cayó de la mano, créanme, así fue, lo buscamos (insisto: dentro del carro) y no lo encontramos. Ese es uno de los misterios que no tienen sentido en mi vida. El dijo: tranquila, la verdad, no me importa tanto, pero si perdés el que te di de novios ¡ahi si chillo ve!. Yo ofendidísima por el poco amor que le demostró a mi anillo de compromiso.

LA ERA DEL LIMBO:
La siguiente era, debe llamarse El Limbo, ese nombre le queda bien. Era un estar en la tierra fisicamente mientras mi mente flotaba en el aire sin rumbo fijo. Las decisiones que tomé en esa época fueron tomadas sólo por una parte de mi, porque la otra parte de mi flotaba en la irrealidad. Cada acción que ejecuté era ejecutada porque si, simplemente porque si. Pero al mismo tiempo había un inconsciente que no dejaba que hiciera tonterías. Rara esa era. Me emberrinché en quedarme con todo lo de mi pasado que pudiera, pero la vida se empeñaba en que siguiera adelante con mi camino. Hubo algo que pasó, que en medio de mi locura, hizo que entendiera que era hora de seguir.
Cuando Ricardo murió tomé su anillo de matrimonio y me lo colgué en una cadena al cuello. Recuerdo que pensé: siempre lo voy a llevar conmigo. (Las palabras que uno se traga: siempre y nunca). Entonces despues de su muerte, llevaba al cuello su anillo y en mi mano el mío y el de novios.
Su anillo "de oro" y la cadena "de oro" se oxidaron o algo por el estilo. Me enojé. "Me estafaron en la joyería" pensé. ¡Qué Cólera me dió!. Guardé su anillo y la cadena. Al menos me quedaban mis anillos.
Mi anillo de matrimonio se oxidó tambien. Lloré. "de seguro que es la química de dolor que usted lleva dentro" me dijo una viejita conocida. Sólo me quedaba mi anillo de novios y bajo la "amenaza" de que si le pasaba algo a ése Ricky se ofendía mejor lo guardé y no me lo pongo más que en ciertas ocasiones, no vaya a ser que mi "química de dolor" arruine ése también. Emberrinchada con llevar algo de él, me puse el reloj que él me había regalado un "cualquier día" de tantos. Yo tengo cierta fascinación con los relojes y colecciono algunos pero sin mayor valor económico. Éste reloj en particular era una sola pieza. Era deportivo, verde militar, para nadadores (yo hacía natación). Era de plástico-hule-whatever. No tenía uniones, ni tornillitos, nada, era una sola pieza.
Una noche de tantas me desperté de madrugada, sin entender bien qué me hizo despertar, sólo para observar como mi reloj se partía en dos. ¡Juro que fué tan ridículo!
Abrí mis ojos sólo para ver cómo jalaba en sentido contrario a la pulcera del reloj para que se partiera en dos. Lloré toda la santa madrugada.No había manera de arreglarlo. Recuerdo que pensé: "la vida se empeña en que no cargue encima nada de Ricky...mi tiempo con Ricky terminó" y en realidad así fue. Tuve berrinche interno un buen tiempo, ¡pero un buen tiempo!. Hasta que lo acepté.

LA ERA DE ENCONTRARME A MI MISMA
A eso me dediqué en la siguiente era, a encontrarme a mi misma. Sabía que debía hacerlo. Me dije: "mi misma: no se quien sos, ni para donde vas". En ésta etapa tuve un novio. (jajaja para los que no sabían, les informo). Fué algo verdaderamente importante, aunque no funcionó. La razón por la que no funcionó, según mi análisis posterior, fue que no se puede amar a alguien cuando una no sabe quien es, ni para donde va. La relación fue hermosa, de esas que no se olvidan, pero fugaz. Él me regaló para un cumpleaños un reloj. "El reloj de mis sueños". La marca que me gusta, el color que me gusta...fue mágico, él supo lo que me gustaba de una manera muy especial e indescriptible. Recuerdo que pense "perdí mi anterior reloj, porque la vida me tenía preparado éste para mi nueva yo". Además la manera de dármelo fué más que linda: me llamó a donde él estaba con las luces apagadas y encendió la luz del reloj, cegadora, fosforecente y me dijo: Feliz Cumpleaños. Recuerdo que lloré (yo, que me las llevo de que no lloro) porque fue realmente especial.
Pasaron muchas cosas por las cuales mi vida cambió y no voy a ahondar en ellas. Pero ésto del reloj es un dato interesante.

LA NUEVA ERA
Hace poco se le acabó la batería a mi tan amado reloj. Fuí a cambiársela pero el reloj no respondió. Lo llevé a arreglar a su "casa matriz", el reloj no es modelo viejo, asi que era sólo de esperar y ya. Tengo más de un mes de haberlo llevado y el reloj se perdió. Llamé a varios encargados de donde lo arreglaban y al fin dieron con mi reloj. Suspiré de alivio, sé aceptar la pérdida de cosas materiales en esta vida pero no quiero ceder con mi reloj. Ayer llamé para ver si ya lo podía pasar a recoger. "Aquí está" me dijo el de la tienda. "¿Cuanto es?", pregunto, "deme un momento" contesta, espero. "Mire, no es nada, el reloj no tenía arreglo, simplemente el circuito dejó de funcionar, viera que raro porque éstos relojes no son viejos". "¡Nooooooooooooooo!" pienso. "¡No es justo! ¡No ése reloj! ¡tengo veinte mas que no me importan!" .
Después de mi berrinche interno, prefiero pensar que viene otra era para mi y por lo tanto otro reloj. Lo gracioso es la ironía: es un reloj, es tiempo. Así que a partir de ayer acepté que viene mi nueva era.
Después del berrinche.