jueves, 9 de mayo de 2013

UN AÑO DESPUÉS.

Un año ha pasado desde mi última crisis existencial. La recuperación ha sido lenta y difícil de recorrer pero aquí estamos, estoy viva en cuerpo y alma, activa en mi batalla personal.

Desperté una mañana llorando, me perdí, una vez más.

Estaba en una casa infestada de ratones,sin agua, pasándola mas o menos mal, sin mayor luz que la que me proporcionaba una lámpara que nos dio la Tía Maris conectada con extensiones hasta su casa, la de al lado y pensaba: ¿cómo llegué a esto? ¿cómo hice para someterme a esto y someter a mi hija a esto?.

Debía actuar, yo, tomar decisiones y recuperar las riendas de mi vida, que por miedo le entregué a otras personas. Qué difícil. Aun y con que ahora estoy bien, las heridas tienen cicatrices, estoy en el proceso de "echarme cremita rosa mosqueta" para irlas disminuyendo. Hoy un año después del golpe puedo volver a escribir.

"Vas a comer mierda" me dijeron, y pensé: "probablemente si, pero será mi mierda, no la suya".

Sin un quinto, ni para una botella de agua, decidí volver a casa y empezar de nuevo (por milésima vez). El autoestima por los suelos y la culpa a flor de piel: "Si yo paso por esto es por bruta, pero mi hija, no tiene porqué vivir esto, no es justo para ella"

Dios, La Vida, El Universo, como quieran llamarle, que para mi gusto es lo mismo, no nos abandona. El apoyo de David y Priscilla nunca tendrán manera de pagarse, gracias a ellos y sus respectivas madres logré salir del país y vivir en el otro indefinidamente mientras me acomodaba. Tampoco puedo pasar por alto a Neto y Liz que una vez más me ayudaban, infinitas, infinitas gracias. ¡A comer mi mierda pues,  pero lejos!.

No voy a ahondar en el tema de las razones o los motivos, el punto aquí es saber que cuando algo muere, renace otra cosa, ni mejor ni peor, sólo diferente. Murió la Iskra y nació la versión 3.0 de ella.

El problema no eran  ni son los demás, el problema siempre fui yo, que no definía (y no se si ya lo hago) lo que quería. Lo que pasa es que antes de caminar toca gatear, y antes de correr toca caminar. Llega un punto en el que deprimirse no es opción, estás en estado de emergencia y deprimirte es lo mismo que cavar tu propia tumba.

Hoy, un año después, miro atrás y no tengo idea de cómo le hice pero lo hice. Me encontré y trabajo en mi misma. "Mimisma" y yo ya nos gustamos de nuevo.

Encontré un trabajo que me hace feliz (después de 5 intentos laborales fallidos). Como que no hay sexto malo porque la cosa va caminando.

Económicamente es como echarle agüita a una planta que lleva meses sin recibir ni una gota: por mas chorrito que le echés no revivirá hasta sentir que el agua es constante por un largo período de tiempo.
Y si, o si, tenés que encontrár la manera de ser positivo sin rayar en lo irreal, de dar un pasito y darte aplausos a vos misma porque lo diste. Llorar de miedo y al terminar pensar en solucionarlo de varias maneras. No pensar que lo sabés todo o que lo podés todo es un buen tip, cuesta, pero hay que dar las gracias a las manos de gente que te quiere, para recibir desde cariño hasta dinero. Domar el orgullo es de humildes y grandes, dicen. Digo, si vas a ser otro "vos" hacé cosas que nunca antes habías hecho.

Conforme pasan los meses sentí como iba recuperando las esperanzas, la confianza, el autoestima y hasta el glamour. Logré comer, logré dormir, logré salir.
Luego, vas dando cátedras a tu hija con el ejemplo, esas "varas" de ser positivo sólo porque si, en redes sociales pero en el fondo no del todo creértelo es "grueso", no es así nomás: tenés alguien que te está viendo y funciona como espejo. Es un recordatorio de que engañarás a tus mil "amigos", pero a vos misma no. Tambíén te das cuenta que quejarte o criticar lo que está pasando en el país es estúpido cuando tu vida está de cabeza. "Calladita mas bonita" y "Gorditos y bonitos" tomó otro significado.

Les cuento que todo ha ido mejorando, pasito a pasito, pero ahora ya las riendas las tengo yo. Lección aprendida: yo puedo, he podido y ¡carajo! que voy a seguir pudiendo.

No sé en que estás metido vos que me estás leyendo, no se qué diantres estés pasando pero yo algo te voy a decir: La luz la tenemos dentro y si le damos paso al crecimiento la vamos a sentir, si la sentimos la vamos a proyectar iluminandonos desde el alma y tocando el alma de quienes nos rodean.

"No hay mal que dure cien años..." de todo se sale, de absolutamente todo, si se trabaja para salir.
"A Dios rogando..." se trabaja gateando para poder caminar pero tenés que hacer algo al respecto.
"Si quieres resultados diferentes..." ¡dejá de hacer la misma vaina solo porque te funcionó antes! ¡dele viaje a lo nuevo por hacer!

 La vida es tuya, Dios nos la dió con el libre albedrío. Esa capacidad de elegir estar bien si así lo queremos. Te mando mi luz, estés donde estés, me conozcás de donde me conozcás ( o no sepás quien soy), solo te deseo el bien y la dicha. Espero que decidás hacer crecer la luz que tenés dentro y dar calor a quienes te toquen con su presencia.

"ACOMPÁÑALOS CON LECHE" digo, con musiquita, dale color a tu vida con tu propia luz.


viernes, 13 de abril de 2012

Sin título...

Y todos los ojos se posaban en mi. Por desconfianza, por curiosidad y morbo, por sospechas o por diversión. Maldecía no poder llorar, quería gritar, hacer un drama, exigir respuestas, investigar, sacarle la madre a todos por estar ahi y no podía. No me salía ese nudo de la garganta, maldito nudo. Me volví una piedra.
Idiotizada, como estaba, saludaba a todos con energía y sonrisas. A muchos me agradaba verlos pese a las circunstancias, a otros se me  hacía imposible: hacía falta agallas para aparecerse...y ahí estaban, llorando. Yo era un zombie. No sabía que hacer, no sabía que decir, donde colocarme o para donde ver pero para donde lo hiciera, encontraba ojos observándome.
Sentía, fisicamente, un vacío en el estómago y el maldito nudo en la garganta. Quería que todo se acabara de una vez, enterrarlo y ya, que se acabara mi pesadilla de una maldita vez. Lo iba a extrañar, lo extrañaba ya, él hubiera sabido como apoyarme en esos momentos difíciles. La vida nunca sería percibida de la misma manera, con la pérdida de alguien cambia el valor de las cosas, cambian las prioridades, cambia la dirección del viento, las esperanzas, cambia hasta el modo de reir.
Las miradas no me dejaban en paz, erá lástima lo que les daba.
Logré sacar un par de lágrimas en el funeral mientras Susana (una de esas mujeres que se enamoran del marido de una y le coquetean hasta el cansancio pensando que una es bruta, ciega y sordo muda) lloraba mejor que la mismísima María Magdalena. ¡Desquiciada!, esa mujer lloró de la forma en que a mi me hubiera vaciado la garganta. Era tan ridículo que me provocaba carcajearme delante de todos de la manera mas histérica que el alma me permitiera. Del entierro directo a casa. Quería desaparecer en ella.
Regresé a escuchar el silencio y ver como mis papás, haciendo uso de la diplomacia que no habían mostrado antes, manejaban mi casa por unos cuantos días. Las visitas no se acababan, llegaban con comida, tarjetas, regalos y preguntas: ¿cómo murió? ¿como está ella? ¿y la niña?. Mi mamá contestaba según su perspectiva: "dicen que él fue a un sauna y al salir le dispararon" "Ella está mal, no la veo bien" "Bien, la niña está...bien".
Yo escuchaba todo a lo lejos, como quien escucha un televisor encendido todo el día.
Mi tristeza se convirtió en rabia, un enojo constante y sin tregua hacia todo y todos.  Todos me parecían un atajo de imbéciles, insensibles e impertinentes. Tampoco lo que decían colaboraba a verlos distinto:
" ¿Usted es la viuda?" (si, yo soy...la viuda), "Me imagino que le duele mucho"(nada más cuando me río) "Lo siento mucho, yo me muero si me pasa, me volveria loca" (créame, no se muere, por mas ganas que le den), "Dios sabe por qué hace las cosas" (bien por El) " Usted todavía está joven, puede rehacer su vida" (si, ya lo había pensado, de hecho voy a ver que me consigo) " si querés me llevo unos días a tu hija para que descansés y podás llevar tu luto".(donde ésta doña agarre a mi hija, me le voy encima)
Las noches eran complicadas, largas. Sentia mas frío del habitual y los ruidos del apartamento me daban miedo: La refrigeradora, el viento en los árboles del jardín o haciendo vibrar la puerta de metal que guardaba el contador de luz. Me costaba conciliar el sueño y era ahi donde lloraba. Durante semanas pasé con ese nudo desgraciado en la garganta, no podría comer, ni gritar ni vomitar por mas ganas que tuviera.
Pasaba la noche con mi hija dormida a mi lado, mis papás se habían ido y habíamos quedado solas. No abría la puerta si tocaban, las visitas dejaron de llegar de todas formas conforme iban pasando los días.
Durante el día era madre y eso cambiaba de direccion la línea de mis pensamientos.
Soñaba con el, en las noches, y trataba, sin éxito, de evitar su muerte en cada sueño. En sueños el se negaba a hablarme.
Me negué a cocinar, cada receta había sido aprendida con el puro afan de complacerlo. Contraté a una persona de servicio doméstico quien fue la que me alimentó por un buen tiempo. Dejé de ir al cine. Fui incapaz de escuchar música por placer por años, años.
Lo encontré en la calle un par de veces y mientras me palpitaba el corazón a velocidad luz entendía que no era el, ni su carro, ni su moto, ni su risa. Seguí en el mundo sin vivir, estaba en piloto automático.
Pero un día me harté, me harté y le reclamé. Le dije que era un desconsiderado por haber roto la promesa de acompañarme siempre, que era su obligación cuidarme. El se rió de mi como si yo ignorara razones o motivos. Tomó un sorbo del atol de elote caliente que bebíamos sentados sobre una mesa de madera y dijo:
-Todo lo que querés lo vas a conseguir, pero no este año, ni el otro, ni el siguiente. Debés ser paciente, muy paciente, pero tranquila, todo va a estar bien. Llevaba ya tres años enterrado y desde entonces ya no hemos vuelto a hablar.

martes, 28 de febrero de 2012

Paciencia y buen humor

Se requería más valor del que tenía para volver. Todavía no sabía si era una decisión inteligente o prudente, pero las maletas ya estaban. El viaje era un hecho.  Bastaron cinco años para curarse en su retiro y la idea de no estar sana cuando decidió retirarse hacía que dudara de estarlo. La señal de la sanidad en su alma se la daba su corazón. De lo que estaba segura era que enfrentaría cada uno de sus miedos pendientes, uno por uno y consideraba tener las armas para hacerlo, eso le daba esperanza.

Se fue con el Dios en la boca para saberse respaldada. Salió de madrugada ya cuando la ciudad dormía. No iba sola, no lo estaba, su hija dormía con la plena confianza en su madre. La observaba mientras darse cuenta de eso le daba mas fuerzas.  "No mirés atrás" se dijo a si misma "...solo hacia adelante, todo es por ella, ella lo merece y la luz tiene que estar al final de este gran túnel".

Llegó a casa. Lo entendió al llegar. Cada noche pedía indicaciones y prometía proceder con fe y calma. A través de los días y las conversaciones Dios le contestaba: "hace falta humildad para proveerse, pero hace falta más humildad para dejarse proveer"  "ahorita estás en modalidad amén, eso trae sus recompensas" "estos son tus limones, usalos bien y hacé lo que te nazca" "paciencia y buen humor, paciencia y buen humor"

Los días fueron pasando y sacaba sus conclusiones, trazaba los primeros bosquejos de su nueva vida. Repartió besos, abrazos y sonrisas. Pidió volver a soñar y contestarse el ¿qué querés hacer? y poco a poco, día a día, conversando consigo misma le llegaba la luz, la calma y la paz. Con paciencia y buen humor.

jueves, 5 de enero de 2012

El séptimo 10

Aquí estoy otra vez, comunicándome. Como has dejado pasar el tiempo, y como has cambiado, te veo diferente y eso me gusta, da paz. No sos una lágrima sino una sonrisa. No pensé que éste día llegaría, no pensé que te escribiría con tanta diferencia de tiempos y perspectivas. Tengo varias cosas que decirte. Cambié, soy otra. Me creció el alma. Aún así yo sigo siendo yo y ella es afortunada a pesar de todo. Aquí nada está igual.

He dicho te amo un par de veces sin trascendencia, mis miedos han cambiado a excepción de la aracnofobia y ya no tomo café.  Me sorprenden pocas cosas. Mi florero vive arriba de la refrigeradora.

Te puedo contar que el celular que querías ahora da risa. Feliz Cumpleaños se te dice a través de red social (aunque se que no sabés qué es eso )y el messenger está out. El fax que compramos ya no lo uso, sólo sirve de teléfono y aun así suena poco.

Como te he contado, he tenido muchos logros. Propios, complicados, ofrendados, esforzados y llorados. Sigo esperando que cumplás aquella promesa que me hiciste cuando viajamos en moto.  Cuando me comentaste que debía ser paciente pero no lo comprendí del todo. ¿Recordás? Bueno, no se qué estás esperando, llename el florero.

Tengo sueños que no comparto con nadie, espero que entendás por qué no te los cuento, porque son míos. Sabrás cuando los vaya cumplendo. Verás la lágrima salir mientras la sonrisa esté presente y no habrá duda de que un sueño era.

¿Ella? es increible, ¡si supieras cuanto!. Es gentil y dulce. Enloquecerías. Suspira ya por alguien y se que lo aprobarías. Su primer amor. Lee todo lo que ve y sonríe todo el tiempo. También es radical, sensible, clara y directa. Debo hacerme a un lado cuando no está de buenas. Te necesita y te extraña.

Sé que estás bien. No necesito que me cuenten, ya lo he visto. Cuando por las noches necesito respuestas y soluciones, cuando pongo en sus manos nuestras existencias, mis oraciones no me regresan vacías. Nunca. Si nosotras estamos bien, imagino que vos estarás mejor.

Que te diré, ahi vamos. La cuenta va por 7 y decirlo suena irreal, suena a poquito, pero vos sabés que intenso.Si hay vida, te escribo al octavo. Besos, se te extraña.








miércoles, 4 de enero de 2012

En silencio

Hola-dijo con duda, como esperando cualquier reacción hostil de mi parte.
Cayeron los cuatro libros que llevaba en la mano al piso, aun no los pagaba. Me agaché ansiosa a levantarlos, aturdida. Pensé que pasaría más tiempo para que llegara este momento, el de las explicaciones.
Él, más rápido que yo, tenía ya dos libros en mano para cuando levanté de nuevo la mirada. Me los entregó esperando mi reacción.
-Hola- contesté nerviosa-¿qué hacés aquí?
-Sabía que era un buen lugar para encontrarte.- mientras me entregaba los libros sentí el calor de sus manos sobre la mía.
-¿y qué querés?-pregunté incómoda.
-Disculparme-dijo acercándose para no ser escuchado.
No pude evitar mi cara de frustración. Lo casi amaba. No podía sacármelo de la mente.

Nuestra relación empezó siendo laboral, nos veíamos sólo para intercambiar material de trabajo. Me pareció elocuente desde el primer instante, lo sentía como un viejo conocido. Mi plan de tener relaciones sólo laborales y no buscar las fisico-sentimentales con las que mi vida simple se viera en peligro se estaba enredando.
-¿Disculparte por qué?, si no me has hecho nada.-respondí meditando en la inmutabilidad que practicaba.
-No tenés 15 años, sabés bien de lo que te hablo-
-ok, no tengo 15 años por lo que puedo vivir sabiendo que regresaste con ella y que lo que tuviste conmigo fue sólo para intentar olvidarla. Te acepto las disculpas. Podríamos no hablar nunca más del tema y seguir con el trabajo como hasta ahora. Tengo capacidad de vivir con la información por la que podés aparecer con ella o con quien te plazca y lo que pasó pues solo pasó, ni a recuerdo llegará. He perdido muchas veces en mi vida Fernando, no necesito tu apoyo para salir de ésta.
-Pero para mi significó algo, no quiero que estés rara conmigo...
-¿y qué querés que te diga? ¿que todo va a estar bien? ¿querés que te consuele?¿o que ignore lo que pasó? Tranquilo para ignorarlo solo necesito tiempo...- Las personas en la fila se quedaron observándolo
-quiero saber qué sentís vos por mi- dijo casi en mi oido.
-No voy a recitarte lo que siento cual poema, lo que siento lo he demostrado con hechos y creo que lo percibiste porque fui clara y dejé todo fluir. Tenés mi devoción pero eso no afecta el resultado. El asunto aquí, Fernando, es: ¿estás seguro de que lo que tenés es lo que querés? porque tus dudas son problema tuyo y no vengás a buscarme para encontrar tus respuestas. Hay que ser responsables de lo propio-dije mientras entregaba los libros a la cajera quien escuchó en silencio y discreción.
-Solo quiero que estemos bien- contestó vencido
-Estaremos bien- respondí con suavidad- sólo estamos enredados. Pero Fer, si querés ayudarme, no hablemos de ésto más, no me mirés como ahorita y evitemos hasta tocarnos. Si respetás mi espacio sabremos distinguir a qué estamos jugando. ¿De acuerdo?.
Asintió mientras yo pagaba.
Desde ese día el amor en mi pecho lo guardo en silencio.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Adios 2011


Gracias por leerme, les deseo lo mejor para el 2012

viernes, 30 de diciembre de 2011

Finite Incantatem

Y así fue como la navidad se llevó todo, todo rastro de comunicación sincera y directa. Al menos de mi parte así se fue, ya no podía decirle verdades, ya no podía justificar el hablarnos y decir lo que saliera del alma, no había que decir. Era una pena, fueron años. De esa manera y a cuenta gotas cada día se separaban las almas. Las telepatías se esfumaban y se enterraban esas conversaciones mentales donde lo decíamos todo. Empecé a dormir bien, a salir y regresé al camino que me había trazado desde el principio, el camino de la libertad y la locura, de la expectativa y la relajación. Fue llegando el siguiente año como se borró el banco de favores y se empezó una cuenta nueva a nombre de cada uno, con sus respectivos "efectivos", con sus propias memorias y fotografías. Se entendió, sin mediar palabra, que la idea era un tanto ridícula y disparatada. ¿A quien se le ocurría construir proyectos con hilos invisibles? La intensión existía, por ambas partes. Ninguno cargaba con la culpa, o mejor dicho la compartían, por haber planificado sobre hojas de árbol en pleno otoño. Ambos tenían los mismos derechos y cada uno ,con sus respectivas desiciones, despidieron el 2011. Con berrinches y reclamos a la vida, a los dos no les quedó más remedio que definir sus propósitos de año nuevo. Enfocarse en sus respectivos trabajos, encontrarse con el otro nada más que en canciones y seguir viviendo, seguir buscando, lo que pensaban ya haber encontrado. Eso si, con la bondad que los caracterizaba, se desearon mucha suerte, de buena fe y a regañadientes, porque sabían que ya se merecían lo bueno. Se prometieron amor eterno pero en la siguiente vida porque en ésta no iba a ser.