jueves, 7 de octubre de 2010

Cuando el tiempo se detuvo.

Estábamos en la entrada del Teatro al Aire Libre. Frente a tres tramos de gradas que se miraban hacia arriba. El concierto hacía un par de horas que había dado inicio por lo que se escuchaba el rugido del público y el Rock viceral. Mi "no" fue definitivo, firme, seguro. Cuando inhaló aire para contestar, fue interrumpido por una voz con sonido artificial que le dijo:


-"Romeo, Romeo cambio". La voz provenía del radio que llevaba en la mano.

-Aqui Romeo ¿Que pasó?-dijo suspirando por la interrupción y viendo hacia el piso hacia a un lado de él mientras respiraba con fuerza.

-"Ya trajeron los toneles para el agua, y ya están aqui el Dracco y la Rossi"- le informó la voz masculina.

-Pongan cada tonel en un extremo del escenario y llénenlos con agua yo ahorita llego.


Durante su conversación yo volvía a examinarlo detenidamente: Le iba bien el color negro. Usaba la boina con el logotipo de Staff, colocada de medio lado, inclinada, de la manera correcta. El color negro hacía resaltar lo blanco de su piel y lo rubio naranja que era. La piel de su cara se miraba limpia, como recién bañado y usaba una barba de candado recién cortada que se le miraba en tonos dorados, rojizos y naranja. En la camisa polo negra, ajustada a cada músculo del pecho y los brazos, podía leerse en la espalda, la palabra Orden con letras negras en un fondo rectangular amarillo apenas enmarcándolas. Su pantalón negro no podía ser mayor a la talla 32.

"mmm, tiene buen trasero" pensé. Sus botas Caterpillar con zuela de tractor, que le llegaban a media pantorrilla, las usaba afuera del pantalón, el cual iba adentro de las mismas. Era una versión muy elegante de uniforme porque observando a los demás me di cuenta de que no a todos les quedaba igual.

"lo estoy observando" pensé "estoy fijándome en él". Por ahí iba la línea de mis pensamientos cuando escuché desde su mano:


-"¡Rojo-fosa! ¡Rojo -fosa!". Esta vez no era la misma voz que había hablado al principio.


No me di cuenta en que momento me dejó ahi, reaccioné cuando él había llegado hasta la última grada y desapareció de mi vista. Corrí gradas arriba para entender por qué había corrido.

Ese lugar es ideal para un concierto de Rock, el escenario y los graderíos estan separados por una fosa de mas o menos dos metros y medio de profundidad donde los interesados en el mosh/slam pueden golpearse y saltar a su gusto sin estorbarle la vista a los que simplemente quieren sentarse a disfrutarlo.

Al llegar a un punto donde tenía una vista panorámica, del público y el escenario, lo vi a lo lejos saliendo de la fosa, llevando por la camisa a una persona de manera muy hostil mientras dos compañeros llevaban a otro rockero inmovilizandolo por los brazos. No me gustó la manera en que los llevaban y no evité poner mi cara de rechazo. Decidí buscar a personas conocidas y no tardé en encontrarlos, no tenía intenciones de retomar el tema con Ricky. Mientras me acercaba a ellos algunas personas me saludaban o me señalaban con el dedo índice, era tan irreal. Estuve un rato con mis amigos nada mas, porque ese día debía regresar temprano a mi casa, me perdí lo mejor del concierto y traté, con éxito, de en lo posible no encontrarme con Ricky para no darle oportunidad de preguntame de nuevo.


La siguiente fecha de concierto era especial, era mi primer presentación en el Teatro al Aire Libre. Era uno de mis anhelos cantar ahi, en esa época el Teatro se llenaba a reventar, las personas se sentaban en las areas no programadas para espectadores porque los lugares no eran suficientes.Para mi iba a ser el evento mas grande, no en tamaño ni en cantidad de personas, sino en las repercusiones que esto traería. Hicimos prueba de sonido a medio día, aunque ninguno de nosotros sabía que requerimientos expresarle al sonidista que de todos modos iba a hacer el sonido a su gusto y antojo.

Yo hubiera querido desmayar tan solo en la prueba, todos las bandas a las cuales admiraba, se sentaron delante para "observarnos" lo cual yo llamaría evaluarnos. A mi me daba rabia que nos trataran un tanto despiadados, desde que se sentaron a vernos se les miraba la cara de burla, por lo que traté de no dar lo mejor de mi en la prueba. Quería que dieran su veredicto después del concierto. Sólo quise asegurarme de escucharme a mi misma en los monitores, lo cual perfectamente sabía, no significaba que fuera a oirse igual en pleno concierto. Para mi esa prueba fue un "Trágame Tierra". Al terminar decidimos ir a comer, lo que significaba que Rosa Negra iba a comer menos la cantante que solo los vería comer. Cuando ibamos de salida escuché a alguien que me llamó:


-!Hey Chava!-Robero Mora, vocalista de Extinción, ¡me dirigía la palabra!. A su lado cruzado de brazos y con una sonrisa, estaba Estuardo Jaramillo.

¿ A donde van? me preguntó.

-A almorzar-contesté con una voz minúscula.

-¿Y usted para que va a almorzar? Lo va a parar vomitando todo en pleno escenario-me dijo, mientras su compañero soltaba una risa burlona.

Sentí las orejas rojas por el enojo y el hígado retorciéndose por el orgullo lastimado.

-Veremos la cara que pone usted, cuando me vea cantar -dije dando la vuelta para irme. El había ido al concierto en Xela pero llegó cuando nosotros ya nos habíamos presentado, asi que no sabía nada de nuestra música.


Alcancé a oirles la risa mientras pensaba " Mas vale no equivocarte con ésta amenaza, Iskra, ¿Estás segura que el día del monedazo en la frente no es hoy? porque si no ¡Que verguenza!". Esto aumentó mi histeria de antes de cantar.

Fuimos a un restaurante de comidas rápidas a que mis amigos almorzaran y también a ver pasar el tiempo, luego regresamos al teatro para pasar la tarde con un atardecer espectacular.


Hice arreglos ese día con un amigo para que mi hermano mayor, Eduardo, culpable absoluto de que me guste el rock, pudiera asistir a ese concierto tan importante para mi. Al estar él en silla de ruedas me preocupaba su comodidad, seguridad y atención, por lo que me acerqué a Dino para informarle que Eduardo llegaría en cualquier momento y que quería el apoyo de él y su gente para que fuera fácil su ingreso y acomodo. Ya estamos acostumbrados a que la gente no sepa como tratar con discapacitados, por lo que procuramos nosotros ser claros en nuestros requerimientos de apoyo. Mi preocupación era que por estar yo atendiendo mis asuntos, no lograra Eduardo entrar seguro y tranquilo. Cuando se acercaba a cada momento la hora de inicio me dediqué a meditar sobre mis miedos y de rato en rato salía a ver si venia Eduardo o Yayo como yo lo llamo.


En una de esas salidas a ver si venía lo visualicé a lo lejos, mi amigo Rivelinho manejaba la silla y se acercaron a la puerta de entrada donde hablaron con alguien de la seguridad. Llegaron justo a tiempo porque faltaban pocos minutos para que yo hiciera mi presentación. Respirando aliviada fui a los camerinos a enfrentarme con mis tan familiares vahidos. Dos minutos antes de salir a escena, mientras observaba a un lado del escenario a los locutores que nos presentaban, busqué con la mirada a mi hermano. Me sorprendí cuando lo vi en primera fila sonriendole a Ricky quien estaba sentado a su lado. Los dos hablaban como si fueran viejos conocidos y vi que ricky le señalaba, al hablarle, varias partes del lugar. Eduardo le contesataba y Ricky soltaba carcajadas abiertas y le respondía. Cuando anunciaron a Rosa Negra, Ricky le golpeó el hombro a manera de despedida. Ricky siempre se encargaba de cuidarle el alma a los grupos cuando ya estaban en el escenario.


Salí a cantar y Rosa Negra me transformó de nuevo. Esa que cantaba no era yo, de eso doy fe. Yo no soy como ella y no lo he vuelto a ser. Nunca encontraré las palabras para expresar el éxtasis que cantar en esa ocasión me produjo. El público quedó conforme. Al terminar la presentación y salir del escenario nos abrazábamos y tratábamos de expresarnos a gritos lo que cada uno había sentido. En ese momento mágico estábamos cuando escuché que alguien me llamaba:


-¡Hey Chava!- Mora me gritó- Véame la cara... que deahuevo.- me lo dijo serio. Yo solo le devolví una sonrisa y asentí con la cabeza. Fué un éxito, muchas personas me hablaban y me felicitaban. El concierto, sentí, pasó rapidamente y al terminar solo despedí con la mano a mi hermano mientras se iba. Cuando el público se iba, todos recogíamos nuestros amplificadores y demás "artefactos". Ricky se acercó y me dijo:


-La felicito, estuvo muy bien.

-Gracias-contesté-Lo vi platicando con su amigo en silla de ruedas.

-No es mi amigo, lo conocí hoy. Pero me gustó que viniera, no es algo que yo vea muy seguido.

-¿Personas en silla de ruedas?- pregunté

-personas en silla de ruedas que tengan los pantalones de venir a este tipo de conciertos- contestó- ofrecí tirarlo de cabeza en la fosa y me contestó que ya estaba harto de hacer eso.- me contó mientras se reía.

- Es mi hermano- le informé. Se quedó mudo y serio.- Gracias por atenderlo.


-¡Iskra ya nos vamos!- Me gritó Jorge, uno de los guitarristas de Rosa Negra.

"interrumpidos otra vez" pensé.

- Bueno adiós- le dije

-¿a que hora paso por usted?- insistió.

- A las ocho

-¿Qué día?- preguntó

-El ocho- dije mientras me alejaba con una risa maliciosa.

Entendió perfectamente mi negativa y sonrió por el engaño.


Por alguna razón, en esa época había conciertos de rock hasta para tirar. Para el siguiente concierto, quedé de reunirme con mi amigo Tavo Bárcenas en el centro comercial de la zona 4 ya que volvía a sonar Rock en el Teatro al Aire Libre. Caminabamos dentro de los dominios del Teatro Nacional, frente al Teatro de Cámara,cuando vi pasar en un pic up blanco a Ricky en sentido contrario nuestro, sentado del lado del copiloto. Puse los ojos en blanco de saber que otra vez me lo encontraba. El pick up siguió de largo hacia la salida.


-Hay no...- murmuré

-¿Qué?- preguntó Tavo

-Nada, es un chavo que me ha invitado a salir...-diciendo esto estaba cuando apareció al lado mío el pick up blanco.

Ricky estaba sudado. Usaba una gorra tipo militar camuflageada verde, una bermuda negra estilo comando y una camiseta (sin mangas) blanca. Su aspecto era desagradable para mi gusto. Puse mi cara seria y defensiva. El tomó mi mano, la observó y me dijo:


-¿cuando me va a decir que si?-preguntó suplicante.

A contestarle que nunca iba, cuando besó mi mano con exceso de ternura. En ese momento los planetas y el sol se detuvieron en sus órbitas. El viento que soplaba dejó de hacerlo. Mi mundo se redujo a ese instante y enmudecí. El tiempo se detuvo y el silencio ahogó mis pensamientos.





El: ¿Quiere salir conmigo? Ella: no

Salimos a las 9 de la mañana, siempre sucedía, se suponía que salíamos a las 8. La reunión era en la 7a Avenida entre la 9a y 8va calles zona 1, cerca de mi casa. Poco a poco fueron llegando todos, a la hora que estuvieron listos salieron de su casa, sin prisas y yo, puntual como siempre.

Como buenos novatos, Rosa Negra fue la primer banda en estar en el punto de encuentro, los demás sabian que la hora de salida era las 8, pero que los iban a esperar si se atrasaban. Sentados en la acera con las maletas hechas y los instrumentos listos fuimos viendo como llegaban las bandas que tanto escuchábamos y admirábamos: Viernes Verde, La Tona, Malacates TS, Ricardo Andrade y Los Ultimos Adictos, Extinción, Radio Viejo y Dharana, con quienes ya habíamos compartido escenario un par de veces, asi como también personas del staff de cada banda y locutores de las radios de rock del momento. Todos se saludaban entre ellos, se hacían bromas mientras ignoraban nuestras caras de fans que no lo podían creer.Mas novatos, imposible.

Pronto apareció Noé con Silvia y sus dos hijos José Eduardo y Deborah. Por ahi apareció Kurt y casi de inmediato y siendo los últimos en llegar visualizamos a Dino, el encargado de seguridad y su compañero de trabajo, el inseparable, Ricky. Los dos que siempre vestían con alguna prenda militar intimidaban. Su caminar siempre fue firme, su musculatura evidente y sus miradas, insisto, severas.

Como siempre en los buses, la Jerarquía se evidenciaba en los lugares escogidos para sentarse, siendo los mejores, los asientos de hasta atrás. Por lo tanto yo iba en los asientos a la mitad del bus mas o menos. Al lado mío se sentó Germánico, guitarrista de La Tona, quien desde ese momento me bautizó Rosa. El jamás me ha llamado por mi nombre lo cual me parece encantador, siempre Rosa.

El camino iba a ser largo 5 o 6 horas, todos cambiaban de lugar menos yo, e iban intercambiando bromas, historias, tocando música y cantando, simplemente gozando.

Germánico quería saber todo sobre nosotros los novatos y nos hacía toda clase de preguntas. Le enseñamos nuestro disco promocional con dos demos, le gustó la portada. Era un fondo negro con una figura roja a lo Load de Metallica, o al menos esa era la sensación que me producía al verlo, pero con rojo sangre y tampoco es que fuera tan igual.

A medio camino todos pidieron una parada en una parte boscosa: necesitaban urgentemente utilizar los arbóles para irrigarlos. Recuerdo a Kurt aprovechando la oportunidad para tomarles fotos a todos de espaldas hacia el bus y cada uno en un arbol. Y muerta de risa estaba cuando Germanico me pregunta:

-¿Te gusta Kurt?

y con cara de extrañada le contesté:

-¿Por qué? ¿Puse cara de que me gusta Kurt?

después de oir esa su carcajada que lo caracteriza me dijo:

-No, mas bien tenés cara de que no te gusta nadie. Yo pregunto nada mas. Yo creo que si yo fuera chava me gustaría Kurt.- me dijo encogiendose de hombros.

Solté una carcajada. Sabia perfectamente que su comentario estaba fuera de dobles sentidos. Germanico siempre dice lo que piensa y lo que dice no puede interpretarse de otra manera que exactamente lo que dice y no se guarda nada, a menos que realmente se proponga hablar en doble sentido.

En medio de mi timidez, él hizo que mi viaje fuera relajado. Cuando el cambiaba de lugar y se iba, alguien venía y ocupaba su lugar para platicarme y conocerme un poco más, porque yo no me moví de mi asiento por pena.

Al llegar a Quetzaltenango (Xela) nos hospedamos en el Hotel Canadá. A Rosa Negra nos dieron 2 habitaciones que usaron mis compañeros y a mi, me hospedaron con los hijos de Noe y Silvia a manera de proteccion de menores.

Llegamos en la tarde, siendo el concierto en la noche, tuvimos suficiente tiempo para socializar. Tuve una platica muy interesante con los locutores de la TGW, quienes tenían un programa de Rock Nacional con buen rating, algo un poco fuera de lo común en esa emisora. Platicamos a modo de entrevista, sin que estuvieran grabando. Me hicieron mil preguntas mientras comíamos. Algo intenso, sobre mi experiencia en conciertos y sobre todo como mujer que cantaba rock. Ricky, estuvo presente en silencio, no opinó mayor cosa pero estuvo ahi escuchando mis respuestas.

El concierto estuvo bien, aunque hacía suficiente frio para que yo tuviera una preocupación más dentro de mis problemas internos antes de cantar. Noé y Silvia me cuidaban como a una hija, era por ellos que mi mamá me daba permiso de alejarme un par de días de la casa. En el concierto nos fué bien.Al día siguiente salimos de regreso a la ciudad.

En el bus de regreso Ricky se sentó un momento en el asiento de al lado y empezamos a hablar. Siendo muy sincera, no recuerdo de qué hablamos. Yo estaba interesada en uno de los músicos dentro del bus con quien tuve cierto click y Ricky me estaba "estorbando" con toda la "tangente" con la que inició la conversación. Hubo un momento en el que me percaté lo mal educada que podía estar viendome, así que decidí concentrarme en la conversación con él, aunque me costaba no observar a mi prospecto. Ricky me dió su tarjeta de Staff con un número de teléfono y un número de beeper.Él era perspicaz e identificó mi esfuerzo por atenderlo por lo que, después de demostrar mucho interes en mi se levantó y se sentó al lado de Dino en un asiento cercano a la salida. A mi realmente me hizo sentir bien su interés. Yo sentí un alivio y concentré mi atención en quien me interesaba que por cierto, creo que jamás se enteró de mi pequeño Crush.

En Tikal Futura se bajaron algunas personas que no tenían intención de continuar hasta la zona 1 donde estaba el destino final. Me levanté de mi asiento para despedir con la mano a Ricky quien salió sin tan siquiera voltear a verme. Sentí un golpe en el pecho y el higado se deshizo en bilis, de la cólera que me dió que ni me mirara. ¿No que tan interesado?.Pocas veces me he sentido tan ridícula como en ese momento. No se que cara puse pero Dino y yo nos encontramos con la mirada. Alcancé a sentarme, lenta y disimuladamente y a tratar de controlar mis movimientos y mi rostro para aparentar que no pasaba nada.


El lugar mas cercano donde el bus nos dejaba en la zona 1 era frente al Conservatorio. Ahi nos bajamos Dino, uno al que le decían El Tron y yo. Dino rompió el silencio y dijo:


- Ricky no pudo despedirse porque tenía prisa, debia hacer unos asuntos.

-mmm- dije, pero pense: "claro, y vos su casi-hermano le solapás todos los mandados." Como siempre pensando dentro de mi sarcasmo.

-¿Vivís cerca?

-si

-¿Te vienen a traer?

-no, vivo cerca.

-Tron, llevá a Iskra para su casa, ella vive cerca, para que no se vaya sola- dijo mientras se dirigia a él.


El tal Tron puso cara de ofendido con la que hizo evidente que no tenía ni dos gramos de ganas de llevarme.Para lo cual yo puse cara de no necesitar que me lleven y menos un tipo que no quería.

El aceptó llevarme a regañadientes y yo aumenté mi dosis de enojo al "poco" que llevaba desde el desdén de "el tal Ricky".


Caminamos y al estar cerca de mi casa le dije con suficiencia:

-Ya, gracias, desde aqui puedo llegar sola.

-Dino me pidió que te dejara en tu casa- dijo molesto.

-Mi casa es aquella verde que ves allá, yo sigo sola gracias, si querés te asegurás que llegué bien desde aqui.

El por supuesto que aceptó.

Al llegar a mi casa, me tiré en mi cama y saque la tarjeta de Ricky que decia:


Staff

Ricardo Vergara

Supervisor


La arrugué y la tiré al basurero. "¡Que manera mas efectiva de lastimar mi ego!" " ¡Que se cree!" " ni que estuviera tan guapo" pensé.


Alrededor de quince días después hubo un concierto en el Teatro al aire libre, donde yo no participaba más que de público. La empresa de seguridad era la misma. Sentía nervios por encontrarme con Ricky, debía estar cerca. Al llegar a la puerta escuché a mis espaldas:

-¡Verdad que ya no me llamó!- me reclamó

-perdí su tarjeta-contesté tajante al voltear a verlo, mis ojos altivos reclamaron su no despedida.


El me molestaba realmente, era tan acosador, sin ser acosador. Realmente me molestaba

Ésta vez me fijé en los detalles de su cara, en sus cejas y ojos, en su corte de pelo, en su vestimenta, en su musculatura y contextura física, era delgado pero era obvio que hacía mucho ejercicio, en sus brazos y sus manos. Eran manos de hombre, no de jovencito. Yo solo había salido con menores de 20, edad en la que aun no llegan a ser tan masculinos. Pero Ricky si lo era y mucho.

"yo no puedo salir con este tipo" -pensé- "el no va a querer besitos y ya, yo no estoy lista para pelear con mis hormonas" "éste no es un niño, éste es un hombre"

-¿Quiere salir conmigo?- preguntó directamente

-No.


Conciertos, Tokes, Rosa Negra y demás....

A partir del primer concierto de ADN, banda de rock a la que yo había ingresado hacía poco, nos empezamos a dar a conocer, no teníamos identificado un sonido musical aún, todos aportabamos ideas que eran bien o mal recibidas y ninguna canción se parecía a otra aunque llevaban una firma de punk algo extraña.

Después de algunos eventos, la banda regresó a llamarse Rosa Negra luego de una "asamblea extraordinaria" , nombre que nos llegó a encantar, era un reflejo de la banda. Era un estusiasmo por querer hacer las cosas bien, pero sobre todo por ser reconocidos por el público inclemente, los desdeñosos locutores y programadores de radio y por supuesto las bandas ya consolidadas para quienes eramos unos de los tantos novatos que habían por ahi.

De un concierto aparecían más, la novedad se empezó a propagar, "una chava cantaba rock" y eso pocas veces se daba.

Yo tenía una timidez que sigue dandome problemas al sol de hoy, aunque cada vez con menos intensidad. Me emocionaba tener conciertos hasta que llegaba el propio día en que se llevaban a cabo. Ese día me descomponía, mantenía un agujero en el estómago y el miedo lo podìa sentir en cada célula de mi cuerpo, no dormía la noche antes y no comía el día durante. Mi mayor temor: ser sacada a monedazos, fichazos, pedradas, gritos e insultos como era la costumbre. Cada vez que me tocaba cantar pensaba: "¿será hoy el día en que me estampen una moneda de quetzal en la frente?" "¿será hoy el día?, ¿será hoy el dia?, ¿será hoy el día?".

Cada concierto era mas grande que el anterior. Tocamos en el interior del país, también en colegios y centros educativos donde a pesar de mis temores, el día del monedazo en la frente no aparecía. Yo sufría una transformación que aun no logro comprender al subir al escenario: Una vez ahi me convertía en una Rockstar muy opuesta a lo que yo creia ser realmente, me admiraba a mi misma por tener el valor al menos en ese lugar y momento. A la hora de decir algo entre canción y canción lo arruinaba todo, eso si, decía muchas tonterías de las cuales al recordar, aun me sonrojo. Era una cantante algo temeraria porque improvisaba llegar a ciertas notas inexploradas, sin frenarme por temor a desafinar cosa que hoy, no me atrevería a hacer.

Tocamos con los publicos mas aterradores para mi gusto: La Universidad de San Carlos, en las facultades de medicina, ingeniería y arquitectura por "cuello/argolla" que había gracias a los miembros de la banda. Pero el concierto mas grande que hicimos en la Universidad fue realizado en la Plaza de los Mártires para una declaratoria de Huelga de Dolores. Era mucha gente.

Yo hiperventilé y por Dios! estuve a punto de vomitar. Sentía la adrenalina recorriendo mi cuerpo. Hubiera querido salir corriendo o llorar.¿ En que momento se me ocurrió hacer semejante locura? ¿Por qué desafiaba mis propias capacidades? ¿Era ésta mi manera de decirle al mundo que mi vida era desastrosa? Esa era mi manera de explotar, no existía otra. Pero ¿Por qué no explotaba en privado? ¡Donde no existiera la posibilidad de que hirieran mi tan mala autoestima!. Cantar en ese evento y tirarme de un puente en bungee era exactamente lo mismo.

Recuerdo que al subir al escenario temblaba mi cuerpo. Pero al estar frente a toda esas personas, la adrenalina activó todos mis sentidos y Rosa Negra tomó posesión de nosotros.El público reacciono positivamente.

Es el mejor concierto, que recuerdo, hayamos tenido. Era una gran masa de personas en pleno mosh/slam. Nunca habíamos tenido una presentación para tantas personas como ese día.Todos abrazados saltando y levantando la polvareda del lugar. En un momento, de un gran remolino de personas que eran, se abrazaron unos a otros por los hombros y formaron una gran fila con la que barrian la plaza de izquierda a derecha y de regreso, atropellando al insensato que se les atravesara. Hacian señales de apoyo y aceptación con las manos y gritaban de una manera ensordecedora. Recuerdo cada rostro. El video que quedó grabado en mi mente no ha logrado borrarse con el paso de los años. El climax fue cuando cantamos 40 cervezas, canción en la cual yo decía un poco de malas palabras con las cuales el público quedó contento e identificado. Era funcional decir groserías. Nosotros estabamos felices, extasiados, fué un éxito para la banda y a partir de ahi la gente nos empezó a ver con otros ojos. La entrega fue mutua y la misma pocas veces en mi vida la he sentido y creo que nunca en ese nivel y tipo de frecuencia vibratoria.

Al bajar del escenario temblaba y sentí que necesitaba agarrarme de algo que me diera equilibrio, iba con una gran sonrisa pero sentía toda la alteración de el post-shock. La gente nos aplaudió al bajar y se nos acercaron inmediatamente a decirnos que había sido de su completo agrado. Hugo Aguilar se me acercó ese día y nos ofreció otro poco de conciertos con los cuales daríamos un paso adelante. El no podía entender por que yo estaba tan alterada si nos había ido bien. Hugo es una amistad que conservo hasta hoy y desde ese momento.

A la par de mi vida en Rosa Negra, mi vida personal estaba en un punto de cambiar 360 grados.Por razones familiares tuve que dejar el colegio, no terminé mi secundaria graduandome como maestra, era necesario que yo empezara a trabajar. Mi mamá me despertó una mañana para pedirme que fuera a buscar un trabajo. Faltaban pocos meses para que yo cumpliera 18 años.En ese momento sentí mucha rabia pensaba:"¿ Para que tener hijos si a los pocos años los vas a sacar de la cama para mandarlos a que trabajen?". Pero como dijo un buen amigo: " por mas malo que sea lo que hayamos vivido nos hace lo que somos y no lo cambiariamos" y yo hoy, estoy de acuerdo con él. Como todo en esta vida, tuvo sus ventajas y desventajas. Podía dedicarle mucho tiempo a la banda porque no había tareas que hacer.

Le debo mucho a mi amiga Nancy Recinos (Chiquirrines club) quien con todo su entusiasmo me llevaba a todos los lugares a los que ella iba con tal de ayudarme a conseguir pequeños trabajos. Gracias a ella y no a alguien más yo fui conociendo poco a poco personas dentro del "medio artístico", estudios de grabación y todo lo relacionado con el canto. Fue así como conocí a Noe Girón. El manejaba el grupo Antares en el cual Nancy era integrante y entre plática y plática quedamos en que iba a ir al lugar de ensayos a ver que le parecía Rosa Negra.

Después de pláticas con Noe se formalizó su papel como Manager nuestro, gracias a él y a su entonces esposa Silvia mi vida terminó dando el giro más inesperado. Fue en una gira a Quetzaltenango con varias bandas a las cuales admirabamos. La excursion en bus fue inolvidable conocí a muchas personas: Kurt, Paez, Piolly, Roberto Mora, Germánico, Neco, Lui, uno al que le decian El Niño, un tal Dino y su compañero de trabajo un rubio con boina, ojos color miel pero mirada severa al que llamaban Ricky. Pero esa.... es otra historia. Stay tuned.