jueves, 7 de octubre de 2010

El: ¿Quiere salir conmigo? Ella: no

Salimos a las 9 de la mañana, siempre sucedía, se suponía que salíamos a las 8. La reunión era en la 7a Avenida entre la 9a y 8va calles zona 1, cerca de mi casa. Poco a poco fueron llegando todos, a la hora que estuvieron listos salieron de su casa, sin prisas y yo, puntual como siempre.

Como buenos novatos, Rosa Negra fue la primer banda en estar en el punto de encuentro, los demás sabian que la hora de salida era las 8, pero que los iban a esperar si se atrasaban. Sentados en la acera con las maletas hechas y los instrumentos listos fuimos viendo como llegaban las bandas que tanto escuchábamos y admirábamos: Viernes Verde, La Tona, Malacates TS, Ricardo Andrade y Los Ultimos Adictos, Extinción, Radio Viejo y Dharana, con quienes ya habíamos compartido escenario un par de veces, asi como también personas del staff de cada banda y locutores de las radios de rock del momento. Todos se saludaban entre ellos, se hacían bromas mientras ignoraban nuestras caras de fans que no lo podían creer.Mas novatos, imposible.

Pronto apareció Noé con Silvia y sus dos hijos José Eduardo y Deborah. Por ahi apareció Kurt y casi de inmediato y siendo los últimos en llegar visualizamos a Dino, el encargado de seguridad y su compañero de trabajo, el inseparable, Ricky. Los dos que siempre vestían con alguna prenda militar intimidaban. Su caminar siempre fue firme, su musculatura evidente y sus miradas, insisto, severas.

Como siempre en los buses, la Jerarquía se evidenciaba en los lugares escogidos para sentarse, siendo los mejores, los asientos de hasta atrás. Por lo tanto yo iba en los asientos a la mitad del bus mas o menos. Al lado mío se sentó Germánico, guitarrista de La Tona, quien desde ese momento me bautizó Rosa. El jamás me ha llamado por mi nombre lo cual me parece encantador, siempre Rosa.

El camino iba a ser largo 5 o 6 horas, todos cambiaban de lugar menos yo, e iban intercambiando bromas, historias, tocando música y cantando, simplemente gozando.

Germánico quería saber todo sobre nosotros los novatos y nos hacía toda clase de preguntas. Le enseñamos nuestro disco promocional con dos demos, le gustó la portada. Era un fondo negro con una figura roja a lo Load de Metallica, o al menos esa era la sensación que me producía al verlo, pero con rojo sangre y tampoco es que fuera tan igual.

A medio camino todos pidieron una parada en una parte boscosa: necesitaban urgentemente utilizar los arbóles para irrigarlos. Recuerdo a Kurt aprovechando la oportunidad para tomarles fotos a todos de espaldas hacia el bus y cada uno en un arbol. Y muerta de risa estaba cuando Germanico me pregunta:

-¿Te gusta Kurt?

y con cara de extrañada le contesté:

-¿Por qué? ¿Puse cara de que me gusta Kurt?

después de oir esa su carcajada que lo caracteriza me dijo:

-No, mas bien tenés cara de que no te gusta nadie. Yo pregunto nada mas. Yo creo que si yo fuera chava me gustaría Kurt.- me dijo encogiendose de hombros.

Solté una carcajada. Sabia perfectamente que su comentario estaba fuera de dobles sentidos. Germanico siempre dice lo que piensa y lo que dice no puede interpretarse de otra manera que exactamente lo que dice y no se guarda nada, a menos que realmente se proponga hablar en doble sentido.

En medio de mi timidez, él hizo que mi viaje fuera relajado. Cuando el cambiaba de lugar y se iba, alguien venía y ocupaba su lugar para platicarme y conocerme un poco más, porque yo no me moví de mi asiento por pena.

Al llegar a Quetzaltenango (Xela) nos hospedamos en el Hotel Canadá. A Rosa Negra nos dieron 2 habitaciones que usaron mis compañeros y a mi, me hospedaron con los hijos de Noe y Silvia a manera de proteccion de menores.

Llegamos en la tarde, siendo el concierto en la noche, tuvimos suficiente tiempo para socializar. Tuve una platica muy interesante con los locutores de la TGW, quienes tenían un programa de Rock Nacional con buen rating, algo un poco fuera de lo común en esa emisora. Platicamos a modo de entrevista, sin que estuvieran grabando. Me hicieron mil preguntas mientras comíamos. Algo intenso, sobre mi experiencia en conciertos y sobre todo como mujer que cantaba rock. Ricky, estuvo presente en silencio, no opinó mayor cosa pero estuvo ahi escuchando mis respuestas.

El concierto estuvo bien, aunque hacía suficiente frio para que yo tuviera una preocupación más dentro de mis problemas internos antes de cantar. Noé y Silvia me cuidaban como a una hija, era por ellos que mi mamá me daba permiso de alejarme un par de días de la casa. En el concierto nos fué bien.Al día siguiente salimos de regreso a la ciudad.

En el bus de regreso Ricky se sentó un momento en el asiento de al lado y empezamos a hablar. Siendo muy sincera, no recuerdo de qué hablamos. Yo estaba interesada en uno de los músicos dentro del bus con quien tuve cierto click y Ricky me estaba "estorbando" con toda la "tangente" con la que inició la conversación. Hubo un momento en el que me percaté lo mal educada que podía estar viendome, así que decidí concentrarme en la conversación con él, aunque me costaba no observar a mi prospecto. Ricky me dió su tarjeta de Staff con un número de teléfono y un número de beeper.Él era perspicaz e identificó mi esfuerzo por atenderlo por lo que, después de demostrar mucho interes en mi se levantó y se sentó al lado de Dino en un asiento cercano a la salida. A mi realmente me hizo sentir bien su interés. Yo sentí un alivio y concentré mi atención en quien me interesaba que por cierto, creo que jamás se enteró de mi pequeño Crush.

En Tikal Futura se bajaron algunas personas que no tenían intención de continuar hasta la zona 1 donde estaba el destino final. Me levanté de mi asiento para despedir con la mano a Ricky quien salió sin tan siquiera voltear a verme. Sentí un golpe en el pecho y el higado se deshizo en bilis, de la cólera que me dió que ni me mirara. ¿No que tan interesado?.Pocas veces me he sentido tan ridícula como en ese momento. No se que cara puse pero Dino y yo nos encontramos con la mirada. Alcancé a sentarme, lenta y disimuladamente y a tratar de controlar mis movimientos y mi rostro para aparentar que no pasaba nada.


El lugar mas cercano donde el bus nos dejaba en la zona 1 era frente al Conservatorio. Ahi nos bajamos Dino, uno al que le decían El Tron y yo. Dino rompió el silencio y dijo:


- Ricky no pudo despedirse porque tenía prisa, debia hacer unos asuntos.

-mmm- dije, pero pense: "claro, y vos su casi-hermano le solapás todos los mandados." Como siempre pensando dentro de mi sarcasmo.

-¿Vivís cerca?

-si

-¿Te vienen a traer?

-no, vivo cerca.

-Tron, llevá a Iskra para su casa, ella vive cerca, para que no se vaya sola- dijo mientras se dirigia a él.


El tal Tron puso cara de ofendido con la que hizo evidente que no tenía ni dos gramos de ganas de llevarme.Para lo cual yo puse cara de no necesitar que me lleven y menos un tipo que no quería.

El aceptó llevarme a regañadientes y yo aumenté mi dosis de enojo al "poco" que llevaba desde el desdén de "el tal Ricky".


Caminamos y al estar cerca de mi casa le dije con suficiencia:

-Ya, gracias, desde aqui puedo llegar sola.

-Dino me pidió que te dejara en tu casa- dijo molesto.

-Mi casa es aquella verde que ves allá, yo sigo sola gracias, si querés te asegurás que llegué bien desde aqui.

El por supuesto que aceptó.

Al llegar a mi casa, me tiré en mi cama y saque la tarjeta de Ricky que decia:


Staff

Ricardo Vergara

Supervisor


La arrugué y la tiré al basurero. "¡Que manera mas efectiva de lastimar mi ego!" " ¡Que se cree!" " ni que estuviera tan guapo" pensé.


Alrededor de quince días después hubo un concierto en el Teatro al aire libre, donde yo no participaba más que de público. La empresa de seguridad era la misma. Sentía nervios por encontrarme con Ricky, debía estar cerca. Al llegar a la puerta escuché a mis espaldas:

-¡Verdad que ya no me llamó!- me reclamó

-perdí su tarjeta-contesté tajante al voltear a verlo, mis ojos altivos reclamaron su no despedida.


El me molestaba realmente, era tan acosador, sin ser acosador. Realmente me molestaba

Ésta vez me fijé en los detalles de su cara, en sus cejas y ojos, en su corte de pelo, en su vestimenta, en su musculatura y contextura física, era delgado pero era obvio que hacía mucho ejercicio, en sus brazos y sus manos. Eran manos de hombre, no de jovencito. Yo solo había salido con menores de 20, edad en la que aun no llegan a ser tan masculinos. Pero Ricky si lo era y mucho.

"yo no puedo salir con este tipo" -pensé- "el no va a querer besitos y ya, yo no estoy lista para pelear con mis hormonas" "éste no es un niño, éste es un hombre"

-¿Quiere salir conmigo?- preguntó directamente

-No.


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