lunes, 20 de septiembre de 2010

Vámonos ubicando.

Había sido un día cansado en la oficina, apenas había podido comer y para terminar de ajustar tardé dos horas en hacer el recorrido de regreso a casa que normalmente hago en cuarenta y cinco minutos. Trato de oír la música que más me gusta, tengo mi playlist solo con hits para agradar mis momentos de traslado que, en este país, se vuelve un verdadero "éxodo" por asi decirlo. Muchas veces me es dificil alegrar el corazón con mi música favorita cuando encuentro a cada mortal grosero e impertinente que lleva como bandera: "permiso que voy pasando". En fin, ese día sólo quería cama (sin el "sexo y pasión" jeje), estaba cansadísima, definitivamente no pensaba cocinar y pensaba pedir algo a domicilio solo para mí, puesto que Juan iría a trabajar en la noche.

Al llegar, Juan se preparaba para salir y me saludó con un beso seco.

-Pamela- me dijo- mi pantalón negro esta sucio y es para hoy.
"¡oh Dios!" pensé "¡que madre!, no he lavado"
-¿Tanto te cuesta Pamela?-reclamó-¿Tanto te cuesta agarrar un pantalón, meterlo a la lavadora, que se lave solo, colgarlo y ya?

¡Fue demasiado!, estábamos en ese período de acomodo al matrimonio donde los dos aclarábamos las ideas de cómo nos ibamos a organizar, donde muchas veces los dos dábamos las cosas por sentado, según las ideas de cómo imaginábamos era el asunto de juntar dos existencias para convivir. Pero en el mundo "Pin y Pon" donde yo vivía, por nada del mundo él tenía el derecho de reclamarme algo así.

-Si- contesté- tanto cuesta lavar un pantalón, que tengo que venir yo a lavarlo porque vos no podés: "agarrar un pantalón, meterlo a la lavadora que se lave sólo, colgarlo y ya", tiene que venir tu esposita a hacerlo.
Te voy a decir algo Juan, no te casaste con la "chacha". Aquí vámonos ubicando porque en ésta casa viven dos, comen dos, trabajan dos, dos ensucian y pues, dos limpian. Que yo te haga todo es porque se me da la gana, porque te amo, por agradarte, no lo hago por ser la esposa o por ser mujer. Antes de volverme a hacer un reclamo pensá bien lo que vas a decir y cómo, porque ésta "chacha" con la crees que te casaste resulta que tiene cerebro y sabe muy bien las razones por las que hace cada cosa y a vos no te exige por el hecho de ser hombre o ser esposo, no te exige, te pide cosas por el amor que nos hace estar juntos. Asi que cuando querrás pedir un pantalón limpio te sugiero utilizar otra estrategia persuasiva.

El se quedó mudo y yo, dejando claras las cosas, me di media vuelta y fui a mi tan añorada cama esperando que él pudiera resolver su problema y meditara el asunto.

1 comentario:

  1. Excelente respuesta!! Si así pensaran y actuaran todas las mujeres... el machismo no existiría!!!

    ResponderEliminar