lunes, 27 de septiembre de 2010

La Ley 7600 (parte 1)

Para muchas personas cumplir con los diferentes puntos de su agenda del día es algo automático: Me despierto, voy al baño, me aseo, me visto, me arreglo, desayuno, me cepillo, salgo a trabajar, subo a un bus o al carro, me traslado, trabajo, almuerzo...voy a clases...en fin, cualquiera que sean las actividades que realizan se hacen y ya, es normal, lo que todo el mundo hace, es lo que yo hago, es algo que muchas veces damos por sentado.

Pero por nada del mundo me detengo a pensar ¿qué pasaría si al despertar no pudiera moverme y tuviera que esperar a que me levanten de la cama? ¿que pasaría si dependiera de alguien para asearme, vestirme y arreglarme; si tuviera que esperar a que tan siquiera me corten las uñas? ¿que pasaría si tuviera mi plato de comida pero no pudiera llevarme la comida a la boca? ¿que pasaría si necesitara ayuda para cepillarme los dientes? ¿Cómo me subo a un bus? ¿cómo me traslado?.

Tener ese tipo de vida dependiente me catalogaría como Discapacitada (no "minusválida" como dicen muchos que no se detienen a pensar el significado etimológico de la palabra). Hacer las cosas "normales" que hacen todas las personas me tomaría más tiempo y necesitaría a una persona que haga muchas cosas por mi las 24 horas del día de cada día de la semana. Probablemente la privacidad sería algo ajeno hasta cierto punto y la paciencia la virtud a cultivar obligatoriamente.
Las realidades dificiles de afrontar serían: la discriminación en muchos sentidos, el hecho de que cada vez que vaya a algun lado la gente me observara, que las personas asumieran que por tener una discapacidad física también la tengo mental, la lástima y también el hecho de saber que para desarrollarme debo coordinarlo con el tiempo de la o las personas que me atienden o lo que es lo mismo: depender de ellos y sus horarios.
Es muy complejo, de por si, imaginar una vida asi cuando no estoy familiarizada (o) con dicha situación.

Pero en mi caso lo estoy, es una pincelada de lo que mi hermano mayor vivió. Para las familias con personas con dicapacidad lo "normal" se convierte en "anormal", simplemente no es nuestra realidad.
Sólo cuando se está cercano a alguien con discapacidad es que se observan sus realidades y aun así francamente es difícil comprender lo que ellos ven, viven y dependiendo de la discapacidad lo que sienten, quieren o piensan. Es entonces cuando uno se interesa en comprender la realidad de otras personas con otros tipos de discapacidad. Es ahí donde uno llora de rabia al ver la manera en que son discriminados, en algunas ocasiones sin mala intención y en otras con premeditación.

En el caso de mi hermano hubo muchas ocasiones pero para dar algunos ejemplos: en la primaria sus compañeros se sentían desdichados por tenerlo en el equipo de trabajo (y no digamos deportivo, mi hermano caminó hasta los 12 años, pero antes de eso la velocidad no fue su fuerte). A esas edades no hay tacto para la discriminación, las escuelas primarias se rigen bajo la ley de la selva. Hubo una institución educativa que nos aceptó a todos mis hermanos y a mi, menos a él, mi papá logró que lo aceptaran después de insistir en que le dieran la razón de por qué no lo habían aceptado; en otra ocasión una maestra no lo quería en su aula porque atenderlo , académicamente hablando, hacía que se atrasara todo su programa y de hecho lo maltrató durante su año escolar y sus compañeros aún lo recuerdan.
Ésta es la realidad de todas y cada una de las personas que tienen algún tipo de discapacidad, sea cual sea. A éste tipo de situaciones hay que agregarle que las ciudades tercermundistas no poseen una infraestructura adecuada para atender las necesidades de éstas personas. Es lógico pensar que se necesita una legislación que ayude a estas personas a llevar su vida con dignidad.

Hace poco vi la película Music Within (se las recomiendo) donde vi que en Estados Unidos entre los años 60´s y 70´s las personas con cualquier malformación o cualquier "anormalidad" no podían mostrarse en público (si, era una ley). La película trata de la histora de la vida de Richard Pimentel, quien había perdido la capacidad auditiva en Vietnam. El y su amigo Art Honneyman(lo personifica Michael Sheen quien se ganó mi respeto y admiración con éste papel) que tenía un severo caso de Parálisis Cerebral van a un restaurante a celebrar el cumpleaños de Art y la mesera dice que es la cosa mas fea que ha visto en su vida, se niega a atenderlos y llama a la policía quienes los arrestan por mostrarse en público. Es ahí (1977, año en que nace mi hermano) donde comienza su lucha por la "Ley para establecer una prohibición clara y completa en la discriminación por motivos de discapacidad." que es aprobada en 1990 (!!!!!!) por el presidente Bush padre. (para obtener esos votos, claro está, en la reelección del ´92 que perdío con Bill Clinton)

En Costa Rica es en 1996 cuando se establece la ley 7600:“Igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad”. El mayor objetivo de ésta ley es servir como instrumento a las personas con discapacidad para que alcancen su máximo desarrollo, su plena participación social, así equiparar oportunidades y promover la no discriminación de las personas con discapacidad. La ley se ha ido implementando poco a poco y aunque hay mucho por hacer en cuanto al tema me siento muy orgullosa del paso que se dió y de los beneficios que ésta trae las personas y que verdaderamente modifican su realidad para mejorarla.

Muchas personas, es posible que no comprendan la importancia de ésta "sonada" ley y les moleste el tiempo que tienen que esperar en el bus a que el conductor pueda subir a la persona por medio del elevador, por ejemplo, pero es un deber de las personas que conocemos y sabemos de las situaciones diarias de una persona discapacitada dar a conocer a los demás cada detalle para que exista esa empatía necesaria en una sociedad de seres HUMANOS.

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