jueves, 18 de marzo de 2010

Capuccino

Su voz me gustó, era un poco más grave de lo que la imaginé. La voz para mi es un factor importante para activar o no mi interés en un hombre, además de que observo todas las actitudes y miradas.
Empezamos bien, formuló la pregunta correcta, hablar con un café...cualquier otra cosa tendria como resultado una negativa. Soy muy selectiva con mis salidas, no puedo darme el lujo de desperdiciarlas, las escojo bien, las planifico, deben darme algo a cambio: mi tiempo vale mucho ya que el ser mamá absorbe mucho también y sé perfectamente que pocas personas van a salir con lo del café.

Llevo encima una etiqueta muy complicada: viuda, es increíble la variedad de reacciones que esto genera en la gente: "¡Ay! ¿es viuda?, ¡cuánto lo siento!, ¿y tan joven?" o, "yo me muero si mi esposo se muere, yo no podria vivir... ¿como le hizo?" o, " bueno, pero Dios sabe lo que hace, hay que resignarse, usted está joven alguien va a querer casarse con usted" o el "debes aferrarte a la mano del Altísimo, yo conozco gente en la iglesia que tiene temor de Dios, te los podría presentar, es más deberías ir al grupo de la iglesia que es muy bonito"...
Colecciono ese tipo de comentarios y cuando creo que he escuchado el peor aparece uno nuevo. Pero por otro lado también colecciono proposiciones "indecorosas" o "fans" que aparecen como por arte de magia. Al principio realmente me escandalizaba, estando a cargo de una empresa perdi a un cliente importante por negarme a negociar en privado,todas las proposiciones se centran en lo mismo, no es que yo sea una barbie o me crea el centro del universo. La gran mayoría busca algo para pasar el rato; algunos son directos, otros lo disfrazan de broma, hay quienes se ponen muy nerviosos y quienes lo dicen con la mirada... pero poco a poco me he ido acostumbrando, simplemente desconfio de alguien que se interese sin tomarse con calma el tiempo de conocerme realmente, no es a mi a quien buscan y ahora reconozco la propuesta antes de que la planteen. Por alguna razón que desconozco ellos asumen que la viudez es sinónimo de desesperación en todo sentido, creen que una busca proteccion económica y además que estás a punto de convertirte en monja... Pero él sin saberlo obtuvo el sí con su pregunta.

Soy una persona muy calculadora y por las experiencias pasadas un tanto paranoica, sabía que él tenía información mía y yo de él solo conocía el color de sus ojos además de que era profesor. Estoy en un programa social en una universidad estatal , donde becan a mujeres, madres, solas por divorcio o por viudez para estudiar administración de empresas, enfocado en la microempresa para que desarrollen una y puedan salir adelante. Nos proporcionan todo lo necesario: alimentación, libros, hasta el dinero para el transporte; lo único que exigen es no faltar nunca, hasta compromiso firmamos. El programa es conocido por todos en la facultad y de alrededor de 100 personas que aspiraron a ingresar en él 40 fuimos las elegidas, de las cuales únicamente yo soy viuda. El resto son mujeres que además de ser abandonadas por su pareja fueron agredidas tanto física como psicológicamente. La mayoría no ha terminado la secundaria y es por esto que para Ju y para mi ha sido dificil asistir a clases ya que el grupo hace preguntas y comentarios "impertinentes"- según Ju y yo.

El final del programa se acerca con la exposición de nuestros proyectos y un premio en efectivo para el mejor, esto para darle arranque así como diferentes tipos de apoyo. Por la competitividad del asunto y el reconocimiento hecho público por la directora del programa de que tanto el proyecto de Ju como el mío son los favoritos, nos ganamos el repudio de la concurrencia. El mejor comentario de todos, o al menos el que mas gracia me dio fue que tanto Ju como yo: "necesitan adecuación curricular, siempre viven levantando la mano y preguntando cosas". La ignorancia es atrevida. Aunque no dejan de tener razón, necesitaríamos adecuación, pero no por estar por debajo del nivel académico de la media sino todo lo contrario.

-Un café me parece bien- le dije y le sonreí. El sonrió tambien, derretible y nos dirigimos a la salida. Caminábamos hacia "La Calle de la Amargura", así se llama, es la típica calle social con bares,centros de fotocopiado y restaurantes que quedan cercanas a las universidades

- ¿cómo te llamas?- le dije queriendo hacerlo sentir confiado en su invitación.

-Andrés, ¿ y vos?

-Amanda

-Ese carro que ves ahi es el mío...-puse cara de pocos amigos-...pero por la cara que pusiste asumo que iremos cerca de aquí, ¿cierto?- tranquilicé el gesto- tranquila, no voy a hacerte nada.

- Conozco un buen lugar donde tomar café por aquí-le dije- evadiendo el comentario. Empezamos a caminar

-¿Cuántos hijos tenés?

- Una-y sonreí para mi. Estaba oscureciendo pero el clima era perfecto

-Sé que sos la única viuda del grupo-

Error-pensé-Comentario fuera de lugar. No me gusta esa etiqueta. Sonreí y traté de ordenar todas las respuestas que se me vinieron a la mente: unas amables y otras... sarcásticas y groseras.

-Lo soy- le dije- pero eso importa porque....?

- me hace admirarte, - dijo con tranquilidad.

¡Por Dios! eso es decir lo que alguien quiere oir-Gracias- sonreí más y bajé la guardia un poco. Pensé en un amigo que jura que siempre estoy a la defensiva y que asegura que es la razón por la que no tengo pareja. Caminabamos a paso lento y no nos mirábamos mucho. Llegamos al lugar: éste es un lugar donde suelo ir cuando me deprimo. Voy sola a pensar, es de los pocos lugares que conozco, tienen el mejor café y el cheese cake mas increíble que he probado.
La señorita que atiende me reconoció y nos saludó con mucho entusiasmo, entendí que su alegría se debía a la costumbre de verme siempre sola. Nos dio una mesa especial para dos, muy bella, redonda, pequeña, con un sillón rojo que la rodeaba y un poco retirada del resto. Nos sentamos un poco alejados el uno del otro, lo mas frente a frente que se podía y me dijo:

-¿Por qué aceptaste mi invitación?.

Agua fría sobre mi, ordenando mis ideas a la velocidad de la luz, nervios, el corazón en la garganta

- ¿Qué van a tomar, su capucchino como siempre?

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